En una de las orillas del río Valcarce, nos encontramos con el pueblo de Herrerías, paso obligado para todos aquellos peregrinos que siguen fielmente la Ruta Jacobea, que les encamina hacia Santiago de Compostela. Arquitectónicamente Herrerías de Valcarce, es un pueblo tradicional y pequeño que cuenta con apenas 30 habitantes, donde se pueden destacar sus casas de arquitectura popular de la zona, con preciosas balconadas de madera, y cubiertas de pizarra, sujetadas por espesos muros de piedra.
Debe su nombre a la existencia de cuatro herrerías en las que se trabajaba el hierro y otros metales procedentes de las montañas circundantes. Formada por tres barrios, (Las Herrerías, Hospital y algo más distanciado el barrio de San Julián); la existencia de un hospital inglés para peregrinos dió precisamente nombre al barrio de Hospital.
Qué ver y qué hacer
En los aledaños del pueblo podemos destacar la presencia de dos de las herencias celtas más antiguas de la zona, el Castro San Cristobo (donde se pueden apreciar restos tanto de tumbas como óseos) y el Castro de Peredo, ubicado en el Barrio de Hospital, de origen romano, (se pueden apreciar algunos fosos y restos de pared). Otro de los hechos arquitectónicos de este pequeño, pero a la par interesante, núcleo de población es la iglesia San Julián(al sur del núcleo, en un altozano, es del s. XVIII y pertenece al estilo barroco-neoclásico, es un edificio de una nave con cabecera resaltada y espadaña a los pies y su puente romano sobre el río Valcarce).
Mientras disfrutas de la gastronomía del mesón la Fragua, puedes ver la antigua Fragua restaurada, con los utensilios propios de este oficio.
En el pueblo existen dos puentes romanos, uno de ellos recientemente restaurado. Se encuentra situado a la entrada del pueblo y podemos datarlo en el s. XV, aunque es de tradición romana. Es un pequeño puente de un solo ojo realizado en mampostería pizarrosa de labra tosca.
Todos los visitantes pueden beber de sus aguas en la Fuente de Quiñones, bonita fuente que según la tradición está relacionada con Don Suero, el caballero del Passo Honroso de Hospital de Órbigo.
Desde aqui parte la última etapa del camino de Santiago antes de adentrarse en tierras gallegas, pero desde aqui también parte una ruta de senderismo llamada la ruta del Molino Verde, espectaculares paísajes siempre con el agua como compañera de viaje, y a la vera de los castaños y abedules que pueblan la zona; ruta poco conocida, pero de una excepcional belleza.
Debido al Camino de Santiago, es un pueblo que cuenta con numerosos restaurantes, albergues y casa rurales.