Guímara es un hermoso pueblecito , que cuenta con un microclima muy especial, rodeado de verdes que hacen contraste con el gris de sus muros. Las casas han logrado superar el paso del tiempo conservándose en muy buen estado.
Entre sus atractivos se encuentran la iglesia de San Bartolomé, situada en el centro del pueblo. El templo destaca por sus suelos enlosados de pizarra, techos abovedados y cúpula sobre crucero. No conserva ningún tipo de arquitectura interesante ni retablos lo más destacado son unas campanas del siglo XVIII.
Junto al río Cúa se encuentra un pequeño molino hidráulico.
A través de la historia, este pueblo ha vivido prácticamente aislado y subsistía con sus propios recursos: patatas, berzas, vacas… Sus chuletones al estilo “brasador argentino” tienen fama en toda la localidad y sus alrededores.
Sus días festivos incluyen danzas merecedoras de ser vistas, llenas de simbolismo ancestral: los cuatro elementos, los cuatro puntos cardinales y hombres danzando con palos.