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Orellán

Es un pequeño Pueblo alzado sobre la montaña, cuyas casas se extienden por la ladera en un juego de equilibrio que acaba por conferirle su encanto especial. Desde aquí podemos gozar de una posición privilegiada para contemplar las famosas Médulas , yacimiento aurífero.

Qué ver y qué hacer

Antes de llegar al pueblo, pueden visitar el Castro prerromano cuyos habitantes  realizaban trabajos siderúrgicos y agropecuarios, formada por población indígena. El asentamiento no posee un recinto amurallado definido, con edificaciones cuadradas. En la parte alta se encuentran los restos de los hornos de fundición; en la parte baja, se conservan los restos de las viviendas y al otro lado de la montaña, los restos de la escoria.

En este pueblo también podemos visitar la Galería de Orellán, donde se pueden ver dos túneles subterraneos que servían para conducir el agua hacia el último frente de explotación del sector central de la mina de oro de Las Médulas utilizando la técnica minera romana (Ruina Montium).

Si estas en esta zona una visita obligada es el Mirador de Orellán  muy próximo a la galería,es una de las vistas más famosas de esta región, desde  aquí se puede ver la panorámica de la Zona Arqueológica de Las Médulas, la mejor hora para visitar el mirador es con la puesta de sol, el atardecer muestra los picuezos de un rojizo espectacular.

Por Orellán pasan varias rutas, la senda de los Conventos, la senda perimetral o la subida espectacular entre castaños desde el pueblo de Médulas, para llegar al Mirador.

Toda la zona cuenta con casas rurales,restaurantes  y bares.

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Montes de Valdueza

También conocido como San Pedro de Montes o San Pedro de Montes de Valdueza) es una localidad del municipio de Ponferrada. Nos encontramos con otro de esos pueblos olvidados, donde el único murmullo que palpita en el ambiente es el de la fauna que habita esos parajes y el hablar de algún visitante, es Montes de Valdueza, donde podemos encontrar una de las piezas arquitectónicas más importantes de nuestra comarca, el Monasterio de Montes de Valdueza. Al igual que la Iglesia de Santiago de Peñalba fue fundado por San Fructuoso entre el siglo VII-VIII. Estuvo ocupado hasta la invasión musulmana, siendo destruido por estos, para más tarde ser reconstruido durante los siglos XII-XIII por San Genadio. Su claustro y su recinto monástico fueron destruidos durante el incendio, conservándose en la actualidad únicamente la iglesia. Es considerado por la nación como monumento nacional desde 1931, y bien de interés cultural, desde 1994. En este monasterio se observan la presencia de varios estilos arquitectónicos, cada uno dejando un vestigio claramente diferenciado, de prerrománico podemos destacar algunos de los capiteles que aparecen en la torre, del románico destacar la torre y la portada que sirve de unión entre la torre y la iglesia, del siglo XVII destacar las ruinas del claustro, las bóvedas de la iglesia y las diferentes fachadas.

Dentro de la localidad de Montes de Valdueza podremos destacar la importancia arquitectónica de la Ermita de la Santa Cruz, con importantes vestigios mozárabes y visigóticos, destacando de esta ermita una inscripción que aparece en la portada y en la que se puede leer: “en honor a la Santa Cruz, Santa María, San Juan Bautista, Santiago, San Mateo y San Clemente” datada de diciembre del 905.

Además de estos dos hechos arquitectónicos de gran importancia para nuestra comarca, podemos destacar que Montes de Valdueza es uno de esos pueblos que nos hace pensar en la vida de nuestros antepasados, apareciendo numerosas muestras de la arquitectura tradicional de la zona, con la mayoría de las casas con cubiertas de pizarra, con muros de piedra sin trabajar y con esos embaucadores corredores de madera que tanto llaman la atención del visitante.

Qué ver y qué hacer

Además de la visita obligada al restaurado Monasterio, este pueblo es una de las entradas al conocido Valle del Silencio.

Si eres caminante o amante de la montaña un camino señalizado con las balizas de pequeño recorrido PR.LE-14 enlaza las localidades de Montes de Valdueza y Peñalba de Santiago. Tiene siete kilómetros de trazado y vienen a recorrerse en unas 2 horas. Parte del recorrido discurre por uno de los canales romanos que llevaban agua a Las Médulas. También pasa junto a la Cueva de San Genadio en Peñalba.

El pueblo es muy pequeño y solo cuenta con una cantina donde te dan una comida sencilla y casera  que sabe a gloria cuidado con un trato cercano y agradable al calorcito de la estufa.

En estos parajes se venera con especial devoción a la Virgen de la Aquiana o Guiana . Dice la leyenda que fue encontrada por unos pastores en la cima del pico de la Aquiana y que la bajaron al Monasterio de San Pedro de Montes, pero la Virgen retornaba a su lugar de hallazgo cuantas veces la bajaran. Por ello se decidió construir una ermita en el pico de la Aquiana.

Junto con las fiestas de San Pedro, a finales de junio, la fiesta de la virgen de la Aquiana son las más concurridas, subiendo en procesión la imagen de la Virgen hasta un lugar llamado del Encuentro en el que se reúne con la Virgen de la Peña de la Aquiana que partía de Villanueva de Valdueza. Desde la cima, un sacerdote bendice los campos y los montes de El Bierzo. Es tradición realizar la subida a la ermita el lunes de Pentecostes.

Cadafresnas

Dominando todo el Bierzo, desde una posición oeste, y bajo la Peña do Seo, encontramos la población de Cadafresnas, cuya importancia durante la segunda guerra mundial radicó en la extracción de Wólfram para la realización de carros de combate. En la actualidad estas explotaciones de mineral ya han cesado, pero se puede disfrutar aún de la visión de los restos y del tipo de explotación que realizaban.

Que ver y que hacer

Cadafresnas es conocido sobre todo por una de las rutas más espectaculares del Bierzo,: La ruta del Wolfram, moderada, con unos 16 km de recorrido y un desnivel acumulado dealgo más de 850 metros, donde se divisan los restos del poblado de los trabajadores de la mina que durante la Segunda Guerra Mundial extrajeron todo el wolframio que pudieron  para que los alemanes endurecieran las aleaciones de los tanques.

Desde su cumbres se divisan los Ancares, tanto leoneses como lucenses, las cumbres de Babia, El Bierzo, las Médulas,  la zona de Trevinca, y las montañas orensanas de las tierras de Valdeorras e inclusive hasta Cabeza de Manzaneda.

También hay que destacar al castaño, de copa y fruto circulares, que ha sido una de la bases de la economía de subsistencia de esta zona berciana; utilizado como alimento tanto para los hombres como para el ganado… Su cultivo ha dejado su impronta en el paisaje a modo de seculares sotos que todavía en estas fechas siguen siendo aprovechados económicamente por las gentes de esta zona…

Herrerias de Valcarce

En una de las orillas del río Valcarce, nos encontramos con el pueblo de Herrerías, paso obligado para todos aquellos peregrinos que siguen fielmente la Ruta Jacobea, que les encamina hacia Santiago de Compostela. Arquitectónicamente Herrerías de Valcarce, es un pueblo tradicional y pequeño que cuenta con apenas 30 habitantes, donde se pueden destacar sus casas de arquitectura popular de la zona, con preciosas balconadas de madera, y cubiertas de pizarra, sujetadas por espesos muros de piedra.

Debe su nombre a la existencia de cuatro herrerías en las que se trabajaba el hierro y otros metales procedentes de las montañas circundantes. Formada por tres barrios, (Las Herrerías, Hospital y algo más distanciado el barrio de San Julián); la existencia de un hospital inglés para peregrinos dió precisamente nombre al barrio de Hospital.

Qué ver y qué hacer

En los aledaños del pueblo podemos destacar la presencia de dos de las herencias celtas más antiguas de la zona, el Castro San Cristobo (donde se pueden apreciar restos tanto de tumbas como óseos) y el Castro de Peredo, ubicado en el Barrio de Hospital, de origen romano, (se pueden apreciar algunos fosos y restos de pared). Otro de los hechos arquitectónicos de este pequeño, pero a la par interesante, núcleo de población es la  iglesia San Julián(al sur del núcleo, en un altozano, es del s. XVIII y pertenece al estilo barroco-neoclásico, es un edificio de una nave con cabecera resaltada y espadaña a los pies y su puente romano sobre el río Valcarce).

Mientras disfrutas de la gastronomía del mesón la Fragua, puedes ver la antigua Fragua restaurada, con los utensilios propios de este oficio.

En el pueblo existen  dos puentes romanos, uno de ellos recientemente restaurado. Se encuentra situado a la entrada del pueblo y podemos datarlo en el s. XV, aunque es de tradición romana. Es un pequeño puente de un solo ojo realizado en mampostería pizarrosa de labra tosca.

Todos los visitantes pueden beber de sus aguas en la  Fuente de Quiñones, bonita fuente que según la tradición está relacionada con Don Suero, el caballero del Passo Honroso de Hospital de Órbigo.

Desde aqui parte la última etapa del camino de Santiago antes de adentrarse en tierras gallegas, pero desde aqui también parte una ruta de senderismo llamada la ruta del Molino Verde, espectaculares paísajes siempre con el agua como compañera de viaje, y a la vera  de los castaños y abedules que pueblan la zona; ruta poco conocida, pero de una excepcional belleza.

Debido al Camino de Santiago, es un pueblo que cuenta con numerosos restaurantes, albergues y casa rurales.

Ruitelan

En el límite entre Ancares y la Sierra de la Lastra, y surcado por el Camino de Santiago en la etapa que une Ponferrada y o Cebreiro, nos encontramos con Ruitelán, un pequeño pueblo situado entre hermosos paisajes verdes.

Se piensa que el lugar de Ruitelán fue el asentamiento romano conocido como Autaris.

Qué ver y qué hacer

Aunque es una localidad pequeña con apenas 30 habitantes, tiene varios lugares interesantes que visitar:

La Iglesia San Juan Bautista, anterior al s. XV, aunque se la sitúa entre los siglos XIII y XVII por los dos estilos que exhibe, románico y barroco. Es una iglesia de una nave, con cabecera cuadrada y espadaña a los pies. La espadaña posee un único cuerpo de campanas, con dobles arcos de medio punto rematados en frontón triangular.

El Puente, de una sola bóveda de medio cañón realizado en mampostería tosca pizarrosa. Se mantienen restos del pretil original, conservando una albardilla, constituida por un magnífico sillar de cerca de tres metros de longitud. Ocupa el lugar de un antiguo puente romano, reparado en el siglo XVIII y ampliado a principios del siglo XX, pasando por él el tránsito pesado de la carretera hasta su desviación.

Un molino de principios del siglo XIX y que conserva en su interior su vieja maquinaria íntegra, situadao en las afueras del pueblo.

La Capilla de San Froilán, en las afueras del pueblo, de los siglos XVII-XIX, y en la que sitúa la leyenda del santo del mismo nombre. Es un edificio de una sola nave cubierta a dos aguas con estructura de madera. La parte trasera de la nave queda semienterrada debido a la pendiente, abriéndose en su interior, junto al altar mayor, la boca de una cueva cubierta con bóveda. Tiene una gran escalinata de mampostería que salva el desnivel del terreno en el que se asienta para su acceso.

Dice la leyenda que los conejos le royeron a San Froilán parte de sus libros de oración y como consecuencia los ratones desaparecierón de esta zona por maldición del Santo.

El pueblo cuenta solo con un par de bares, y dos albergues.

Parajís

Parajís, es otro de esos pueblos enmarcados en el valle de Ancares, situado casi en el límite entre Galicia y León, donde en el interior de un ambiente rural, y rodeado de una masa boscosa formada por inmensos sotos de castaños e impenetrables bosques de roble, podrás disfrutar de una de las ermitas más peculiares de la zona, la ermita de Parajís o ermita de Santo Ángel, donde la peculiaridad no reside en ningún tipo de característica arquitectónica, sino en una imagen del demonio que alberga en su interior. Es una figura de pequeño tamaño, tallada en madera y pintada de negro y sobre la que rondan numerosas leyendas.

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Balboa

Balboa es un municipio donde se apuesta por que  el entorno natural y el pasado cultural sean los motores de un desarrollo armónico y sostenible que consolide el futuro. Cuenta con una gran variedad de paísajes debido a la variedad de sus árboles y los siempre verdes prados cuarteados por regatos y regueros que  nos sorprenden con sus colores y belleza; en el interior, la madera y piedra de sus construcciones nos animan tanto a la introspección como a la charla.
Además de contar con una ganadería vacuna de calidad y de la elaboración de conservas artesanas.

Qué ver y qué hacer

La pregunta sería qué no hay en Balboa, a continuación os detallamos con todo detalle todo lo que podeis visitar:

El Castillo de Balboa, a modo de vigía, y entre sotos de castaños, domina todo el pueblo, cuyo origen se encuentra en el siglo XIV. Perteneció a los Condes de Lemos y más adelante fue comprado por los Reyes Católicos, para qué formase parte de la corona de Castilla. En la actualidad el Castillo de Balboa únicamente conserva en pie la torre y algún resto de sus muros. La visita es totalmente gratuita y libre en toda época del año.

La Iglesia de Santa Marina, es una de las joyas arquitectónicas de Balboa, data de los siglos XVI y XVII, aunque en ella aparezcan restos del románico como es una de las muestras más relevantes del renacimiento en la comarca del Bierzo. Su estructura está formada por una sola nave, dividida en cuatro tramos y cubierta por una bóveda de cañón. En su interior podemos destacar su retablo mayor, de marcado carácter renacentista y estilo manierista, obra de Lucas Formente.

Las Pallozas, reconstruidas para disfrutar del ocio, de la gastronomía o de las cervezas artesanales. La característica principal de estas viviendas es la agrupación en un solo cuerpo de todas las acciones de la vida cotidiana, apareciendo unida la vivienda, el pajar y el establo, son viviendas de planta elíptica o rectangular, sin apenas ventanas. Otra de las características de este tipo de construcciones es su techo, construido con madera y paja apelmazada, llamado teito. El interior de la palloza estaba dividido por zonas, una destinada al ganado y otra destinada a la vivienda conocida como lareira, donde se realizaba la comida y el fuego que calentaba la vivienda. Cercano a la palloza podemos encontrar en la mayoría de los casos otro tipo de construcción típica: el Hórreo, con una semejanza arquitectónica con la palloza. El hórreo casi siempre aparece construido en madera con techo de paja y apoyado sobre unos pilares de piedra que lo protegen de la humedad y del ataque de los roedores, dado que éste se utilizaba a modo de despensa para los alimentos y el grano cosechado por los habitantes de la palloza.

La Casa de las Gentes, además de un museo y un centro cívico dotado con un salón de actos y oficina de turismo, es un foro permanente de reivindicación de la cultura rural y de todo lo que supone la vida en los pueblos.

De esta forma, en el municipio de Balboa podrás disfrutar de numerosas rutas por los pueblos que conforman el ayuntamiento, y las cuales nos conducirán a los centros arquitectónicos más tradicionales de nuestra comarca. Entre los centros más importantes, dado su valor en el campo de la arquitectura tradicional, podemos destacar, los núcleos de Balboa, Canteixeira, Chandevillar, Castañoso… Otra de las visitas obligadas en el municipio de Balboa, y dentro del pueblo de Canteixeira, es la ruta que nos conduce hacia la famosa cascada, situada en un marco natural de una belleza, incomparable, donde el agua salta de forma irremediable desde unos diez metros de altura, para adentrarse valle abajo y ceder sus aguas al río Valcarce.

Este pueblo  es conocido también por las innumerables celebraciones, la más famosa es la Noche Mágica de San Juan, los magostos, los conciertos de música celta en las pallozas, el Balboa Jazz, el Reggaeboa, el Vibra Balboa, mercadillos artesanales,etc.

Balboa también cuenta con bares, resaturantes , las pallozas, albergue municipal, casas rurales y un hotel.

Castañoso

En lo más alto de un pequeńo valle, que sale desde Balboa hacia el norte, y entre un intenso y frondoso bosque de castańos, encontramos a pocos kilómetros una pequeńa aldea que conserva ese sabor rural ya olvidado por muchos de nosotros. Contando únicamente con siete vecinos, destacar su intenso verdor donde podremos disfrutar de una arquitectura tradicional, en la mayoría de sus casas, con muros de piedra y cubiertas de pizarra y esos corredores de madera de castańo que tanto nos embaucan. Destacar su pequeńa ermita dedicada a la encarnación y que se encuentra custodiada por una de las verdaderas joyas de este pueblo: El Tejo de la iglesia.

Porcarizas

En el valle de Burbia nos encontramos con otro de esos enclaves maravillosos que nos regala la comarca del Bierzo. Hablamos de Porcarizas, pueblo con nombre curioso; muchos dicen que debe su nombre a la riqueza faunística del puerco salvaje o jabalí, pero si te adentras en lo más profundo de la sabiduría de los ancianos del pueblo, el origen toponímico cambia. La mayoría de estos viejos conocedores de la historia hace referencia a que el nombre del pueblo nació durante una intensa nevada, cuando los ganaderos gallegos conducían a su tierra a su ganado, y a causa de la nieve se vieron obligados a hacer un alto en el camino y realizar unos cubiles para los “puercos”, dando lugar este antiguo asentamiento al nombre del pueblo Porcarizas. Arquitectónicamente de este pueblo podemos destacar la presencia de una arquitectura popular muy marcada, apareciendo la casa típica de la comarca de piedra y con cubierta de pizarra, y algunos vestigios de antiguas pallozas. Como elemento religioso principal podemos destacar la presencia de la iglesia del pueblo que data su origen en el siglo XVII.

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Campo del Agua

En uno de los lugares más recónditos de nuestra comarca, encontramos la población de Campo del Agua, en la actualidad deshabitada, pero fiel reflejo de la vida cotidiana de nuestros antepasados más cercanos. Campo del Agua era, por así decirlo, el pueblo de verano de los pastores de Aira da Pedra, era un núcleo utilizado a modo de braña, aprovechando así para el ganado, los pastos de verano que circundan a este núcleo, a modo de tradición trashumántica ya perdida en la actualidad. Campo del Agua está formado únicamente por pallozas, y hasta 1989, cuando ardieron la mayoría de las 22 pallozas que conformaban el núcleo, era uno de los conjuntos monumentales de arquitectura tradicional mejor conservados de toda Europa.

Esta pequeña aldea es digna de mención por su carácter monumental destacando las pallozas, aún habitadas hasta no tiempos muy lejanos. La característica principal de estas viviendas es la agrupación en un solo cuerpo de todas las acciones de la vida cotidiana, apareciendo unida la vivienda, el pajar y el establo. Son viviendas de planta elíptica o rectangular, sin apenas ventanas. Otra de las características de este tipo de construcciones es su techo, construido con madera y paja apelmazada, llamado teito. El interior de la palloza estaba dividido por zonas, una destinada al ganado y otra destinada a la vivienda conocida como lareira, donde se realizaba la comida y el fuego que calentaba la vivienda. Cercano a la palloza podemos encontrar en la mayoría de los casos otro tipo de construcción típica: el Hórreo, con una semejanza arquitectónica con la palloza. El hórreo casi siempre aparece construido en madera con techo de paja y apoyado sobre unos pilares de piedra que lo protegen de la humedad y del ataque de los roedores, dado que éste se utilizaba a modo de despensa para los alimentos y el grano cosechado por los habitantes de la palloza. En la actualidad las pallozas son un gran reclamo turístico de estos valles en franco retroceso, de ahí que en muchos casos éstas se hayan convertido en verdaderos museos de la vida de nuestros antepasados.